Castrolas (o Castrola como
también se le llamó en alguna localidad) el célebre bandolero de finales del
siglo XIX , uno de los más temidos de la comarca de los Montes de Toledo, es un
personaje propio de una época muy convulsa caracterizada por los
enfrentamientos y conflictos bélicos de las Guerras Carlistas. Sus andanzas y
fechorías se desarrollaron por los campos y las sierras de Consuegra,
Madridejos, Villarrubia de los Ojos, Urda y Puerto Lápice. Castrolas era
natural de Villarrubia de los Ojos. Su nombre era Isidoro Juárez Navarro y
nació el 5 de abril de 1851.
Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real de 26-04-1878 en el que se acusa de delito de secuestro a Castrolas y a su compinche el Farruco |
A los 19 años ya había cumplido
condena por robo y cuando debía incorporarse al servicio militar, se negó a
acudir, escapando a la sierra donde comenzó su carrera de bandido peligroso
para todo aquél que le trataba mal, aunque también fue amigo de quienes le
facilitaban la vida y sus huidas por los montes. Se ocultaba en cuevas o
refugios, algunos de los cuales aún se conocen, como la denominada cueva de
Castrolas en el término de Madridejos, lugar muy accesible en lo alto de uno de
los montes que forman el paraje conocido como Sierra de Valdehierro, donde
existe un sendero en pendiente con un tramo final más empinado, que se ha
convertido en ruta de senderismo muy atractiva.
Ubicación en el término de Madridejos de la Cueva de Castrolas Fuente: Sigpac |
En Consuegra también hay un
paraje denominado cuevas de Castrolas por la zona del Valle de las Pedrizas, a
la espalda de Fuente Blanca, lugar menos accesible que el de Madridejos y de
diferentes características topográficas. Otros sitios en zonas escabrosas de
los montes cercanos también fueron escondites del famoso bandolero, habitualmente
ubicados cerca de alguna fuente natural para poder sobrevivir en los poco más
de diez años que duró la huida del legendario malhechor.
Portada del romance Los bandidos de Toledo, obra de Rafael García Rodríguez |
Castrolas fue asesinado en 1881 y
al ser una persona perseguida por la justicia, su cadáver fue expuesto con las
orejas cortadas, en la reja de la iglesia del Cristo de Urda, para que sirviera
de escarmiento público.
El viernes 9 de febrero a las 17 horas, será
presentado en la Biblioteca Municipal de Consuegra, el libro “Castrolas, el
bandolero de los Montes de Toledo”, presentación que viene precedida por otras
anteriores que su autor Constancio Chacón Velasco, ha realizado en Villafranca
de los Caballeros y Madridejos. La primera de ellas, que estaba prevista realizar
en Villarrubia de los Ojos -localidad de nacimiento del protagonista- en
septiembre del pasado año no llegó a celebrarse, porque el abogado de un descendiente
del mismísimo Castrolas quiso interponer una demanda por presunta intromisión
en la intimidad y el honor de sus familiares. Sin entrar en materia sobre este asunto, lo cierto es que el libro está a punto de agotarse en su primera edición, señal de que el tema y el propio personaje despiertan la curiosidad y el interés.
Portada del nuevo libro |
Agradecemos a su autor la
invitación que nos ha hecho a la presentación, la cual hacemos extensiva a
nuestros seguidores, recordándoles que el libro lo pueden adquirir en la
librería Dardo de Consuegra, en la librería
Los Arcos de Madridejos o el mismo día de la presentación en la Biblioteca de
Consuegra.
Biografía del autor |
Incluimos la sinopsis de la novela que nos ha sido remitida por su autor:
De lo sucedido en la historia de España durante el siglo XIX creo
que hay pocas cosas buenas que contar. Esta centuria nace con batallas navales,
en Finisterre y Trafalgar, y una guerra, la de la Independencia y muere con más
batallas y otras guerras, las de Cuba y Filipinas. Entremedias, los españoles no
dejan de matarse unos a otros en las Guerras Carlistas, en los nacientes países
iberoamericanos y en las Rebeliones Cantonales.
Durante todos estos
años de desorden, el pueblo llano, aquel cuyo principal problema es la
subsistencia diaria, está sumido en la pobreza y el analfabetismo. Los poderes
públicos están en manos de la realeza y de unos cuantos nobles y acomodados y todos
están mal gobernados por políticos que solo se dedican a mirar y cuidar de su
propia barriga. Casi nadie atiende como es debido los graves problemas sociales
de la gran mayoría de los españoles y es por ello por lo que en todas las
comarcas y regiones surgen personas que roban lo que pueden a todo aquel que
tiene la desgracia de cruzarse con ellas. La mayoría de las veces estos
delincuentes han llegado a esa situación por el hambre, la miseria y la
injusticia que los rodea aunque también hay quién lo hace para pagarse unos
vicios imposibles de disfrutar trabajando honradamente.
Isidoro, apodado Castrolas, sufre muchas necesidades
desde que viene al mundo en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) y es uno de
tantos que malvive en esa sociedad rural y pobre. Dicen que todas las personas
nacemos con estrella o estrellados. Castrolas
es de estos últimos. Una serie de
desgraciadas circunstancias, originadas en parte por su mala cabeza, lo llevan
a echarse al monte y a ser perseguido por la justicia, por la Guardia Civil y
por algunos de su misma calaña. Durante los años que permanece huido de la
justicia vive su libertad como puede pero no deja de estar preso en esa bonita
inmensidad natural que son los Montes de Toledo.
Sus actos y su mala
fama le hicieron ser un odiado y temido bandolero en toda la comarca de La
Mancha.
Centro de Estudios Consaburenses
F.D.T.
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